Imagen 1. Daniela Bianchi, típico ejemplo de mujer atractiva de la Guerra fría.
¡Oh dioses! ¡Dioses! ¿De que narices se alimentaban las mujeres durante la guerra fría? Si en la Česká republika se que el secreto es sin duda una sana alimentación a base de cerdo y cerveza, en Italia la pasta parece tener algo que ver en el asunto. Si a eso unimos las radiaciones de los arsenales atómicos, los partidos comunistas en efervescencia y el napalm americano, tenemos que la sangre de nuestras queridas abuelas contiene lo esencial para crear las tías buenas del pasado. Buceando por Internet, he logrado averiguar si estaba en lo cierto con mis intelectuales divagaciones y ésto fue lo que encontré:Haz clic en el gráfico para agrandar.
Gráfico I. Cortesía de la Research Promotion University.

Gráfico II. Cortesía de la RPU.

Las conclusiones son claras. La amenaza de una guerra nuclear a escala mundial produce un efecto estres en los genitales del ser humano, que hace que trabajen al 100% y produzcan los mejores gametos para conseguir así una mejora en la base genética de la población planetaria. Dicho de otra forma: el cuerpo, al verse abocado a la extinción, se esmera en conseguir individuos aptos para la supervivencia de la especie.
Y si queda alguna duda sobre esta hipótesis, aquí os pongo un gráfico donde se puede ver un ligero repunte de mujeres atractivas en 1986, año del desgraciado accidente nuclear de Chernobil.
Gráfico III. Cortesía de RPU

Así que ya sabeis niños. Apoyad la construcción de centrales nucleares en vuestras provincias, vuestros hijos lo agradecerán.
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