1,2,3,1,2,3

1,2,3,1,2,3,1,2,3,1,2,3.....

Otra vez he vuelto a los valses.... otra vez vuelvo a ver a la chica de rojo bailando en la nieve. Se mueve al compás, nadie la detendrá... pero está vez no baila para mi. Ni siquiera me mira, ya no sabe si existo o no. Ella sigue otra musica, la misma melodia pero distinta letra. Tanto tiempo acaecido, tanta tierra de por medio, tanto dolor. Ese dolor que una vez quemó un corazón tierno. Con sal barrio mis sentidos, yermo.

Hace ya tiempo que perdieron la mirada y ahora, mientras el mira a sus pies, pues asi las lagrimas tardan menos en caer, ella mira al cielo, donde todo la va bien.

Los copos de nieve tapan las estrellas, las quieren sustituir. Sus reflejos a la luz de la farola los igualan, siguen los mismos destellos, como lluvia de diamantes en el cielo. Cada cristal roza las llamas de sus dedos, y se desacen ante un alma sinónimo del infierno.

Y el sigue a sus pies, 1,2,3, en aquel banco, viendola bailar una y otra vez. Pero ya no siente ni su mirada ni su querer.

Cuanto envidio la guerra, aquellos hombres que empujados por el destino, una vez muertos en vida, murieron gritanto el nombre de aquella chica en el cielo....