Ya, ya está, ya lo he dicho.
No he visto escritorio más incómodo e incompleto en mi vida. Al principio dices: bueno, es linux y tal, cuesta acostumbrarse. Luego dices, ya me he acostumbrado, sabes que si te sales de la maceta tienes que empezar a rebuscar o hay opciones que ni existen. Pero bueno, es software libre, seguro que a la siguiente versión lo mejoran, seguro que esta es la forma correcta de hacerlo... ¡Pues no, me niego!
Pongamos un caso práctico: instalé con toda mi buena voluntad Ubuntu a mi padre en su ordenador. Un sistema operativo sencillito, lo se manejar y le puedo dar consejos, el hombre ha estado toda su vida con Windows y tampoco queremos que el cambio sea brusco... Error Gnome: el simple hecho de imprimir se vuelve toda una odisea. ¿Habeis probado a imprimir con Evince? ¿Es una puta broma o que? ¿Dónde están las opciones para cambiar el formato de página? ¿Dónde cambiar el color? En el culo del mundo parece ser. No he visto cosa más enrevesada y más oculta, parece que en vez de buscar el apaisado estas buscando el Santo Grial. Pero es que a veces ni eso sale. Total: mi padre de mala hostia y yo con cara tonto sin saber que decir. Solución aplicada: instalar Okular y Gwenview. ¡Oh!¡Milagro! ¡Las opciones de impresión son claras y concisas! Se acabó el problema. Lo ve mi padre y dice: es que tampoco es tan extraño, así se imprime de toda la vida. En efecto, así es como se imprime de toda la vida.
De momento, y gracias a KDE he conseguido salvar el culo y puedo seguir predicando las bondades del software libre en casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario