La legendaria Palencia

Cuenta la leyenda, que había una leyenda que contaba como legendarios guerreros visigodos venidos desde tierras lejanas de oriente, se instalaron en cercanas tierras y se lo hicieron con legendarias mujeres de estas cercanas tierras de las que anteriormente había hablado.

Figura 1. Pese a las continuas expediciones arqueológicas, nadie ha conseguido averiguar jamás la ubicación de la mítica ciudad de Palencia. Se piensa que puede estar en algún lugar de un hipotético punto místico en el triángulo que une Burgos, León y Valladolid. Imagen cortesía de Google Maps.

También dicen las leyendas legendarias, que ante tal legendario acontecimiento, nacieron de aquellas mezclas unas bellas y hermosas doncellas que eran tan bellas y hermosas que toda Hispania quería llegar al matrimonio con ellas. Fue tal el número de pretendientes a casarse con las jóvenes de esas tierras, que un poderoso hechicero cristiano creó un campo místico que envolvió en una niebla perpetua aquel paraíso terrenal para evitar que el pecado sacudiese la tierra.

Poco sabemos de los antiguos habitantes de aquella dulces tierras, pero los juglares de la alta Edad media cantaban bellos poemas sobre mujeres de piel nívea a las que los dioses regalaban su alimento divino, los torressnos, para agasajarlas y que así accediesen a retozar juntos en los legendarios campos góticos.

Figura 2. Imagen idealizada de una palentina enseñando la pantorrilla para atraer a un espíritu del bosque y que le ofrezca su panceta.

Con el tiempo, las leyendas se fueron difuminando y con ellas desapareció el paraíso terrenal. Los pobres habitantes de aquellas regiones tuvieron que conformarse con sus mujeres nativas, seres aterradores donde los haya, y el hombre siempre miró hacia el cielo, en búsqueda de aquellas mujeres sonrojadas de nariz aguileña y blancos pechos.