viernes, octubre 03, 2008

Pichín, el conejito más feliz del campo

De vez en cuando, cae del cielo una estrella, que al tocar el suelo, llena de felicidad un hogar.

Así les ocurrió a los padrés de Pichín, el más pequeño de una camada de siete conejitos. Una noche de verano, de entre todas las estrellas, cayó la más bella sobre la madriguera.

Fue tal la suerte, que a los pocos días creció un campo de jugosas coles alrededor de aquel hoyo de amor. Y cuando llegó el otoño y las coles se marchitaron, de sus hojas salieron ricas zanahorias que los conejillos podía comer incluso debajo de la tierra de lo jugosas y grandes que eran.

Todo era alegría en el prado. Los pajarillos contentos con sus nuevos vecinos, les tiraban semillas de árboles para que los conejos las plantasen y las cuidasen. Así floreció en poco tiempo una gran cantidad de arbustos frondosos con ricos ricos frutos, todos carnosos y jugosos, apetitosos como ninguno. Y nadie tenía envidia, porque todos eran bienvenidos a aquel prado.

Y en esto que un día llegó una conejita de un suave color rosa. La pobre estaba congelada, pues venía de lejos, de más allá de las montañas. Pichín, nada más verla, se quedo enamoradísimo de ella. Tímido como buen conejito de la pradera, la llevó una rica cesta con frutitas calentadas al sol recubiertas de rica miel. En cuanto Rosita, la conejita rosa las probó, recuperó enseguida sus fuerzas. Estaba tan alegre de poder volver a sentirse viva que su corazón latió más fuerte y fuerte. Agarró de la mano a Pichín y le confesó su amor.

Y así Pichín, el más pequeño conejito, consiguió convertirse en el más feliz de los conejitos del campo.

2 comentarios:

SDAN187 dijo...

Una historia de conejitos...

¿Por qué no me sorprende?

xDDDDDDDDDDDD

Protion9 dijo...

¡Pero está es un 48% más empalagosa y con más amor por frase! Así llego a un público más amplio y juvenil XD