jueves, junio 18, 2009

Ñocios es entrañable

Nadie podía pensar en el de otra forma. Su cara gordita, sus pequeñas orejas. Su mejor amiga lo llevaba todos los días agarrado para que no se escapase, revoltoso de él. Cuando llegaban a la escuela, el pobre no podía entrar, así que nuestra amiga lo dejaba en el jardín con mucho cuidado y Ñocios se quedaba a esperarla pacientemente. Pero pasó el tiempo y Ñocios se empezó a encontrar mal. Mapashita no sabía que hacer con nuestro queridísimo amigo. Le daba agua y no bebía, le daba pasteles y no comía. Y Ñocios se convirtió en mantillo. Mapashina nunca más volvió a hacerse amiga de un repollo.

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