Manda huevos que hayan tenido que pasar más de diez años para que «descubra» esta serie de juegos. ¡Alto! No os echeis las manos a la cabeza. Sabía de su existencia, había jugado un poquillo a ellos en casa de algunos amigos, pero a mi casa nunca habían entrado. Aquí se juega al Unreal tournament: el Quake III arena siempre me pareció de plástico en comparación (y lo sigo pensando).
Pero la necesidad agudiza el ingenio. A falta de juegos en Linux lo primero que hice cuando activé la gráfica fue poner el OpenArena. Luego me dije, joder, si el OpenArena es entretenido... ¿porqué no instalar la fuente? Y me instalé el Quake II, el cual me tiene enganchado a su modo de un jugador. Después de esto me dije... joder, si mola el Quake II, por que no instalar el Quake III ya que tengo el OpenArena? Dicho y hecho. Sin problemas de sonido, a tope de resolución y nativo en Linux: dos juegazos donde quemar estres.
Y para que el UT no sienta envidia lo instalo vía Wine (la última vez que lo instalé nativo en Linux me iba un poco patata, además es mucho más sencillo por Wine que estar con instaladores, permisos de ejecución, scripts y demás).
Demós gracias a los señores de id Software y a OpenGL por mantenernos entretenidos durante las largas tardes de verano.
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