La latilla es un juego popular inventado allá en el lejano siglo XX por un viejo y borrachuzo sabio una noche de otoño en un popular mesón de Burgos. Sus compañeros de jolgorio, maravillados ante tal invento sofisticado, decidieron predicarlo por las cuatro esquinas del mundo. Y ahora, tras más de un tritrillon de trillones de años llega al presente. Lo que aquí os expongo son las reglas que nos han llegado intactas*:
Cada jugador tendrá un número definido. Se juega con un dado y abundante alcohol.
El juego consta de dos rondas y varios puntos clave de máxima importancia.
Chorretón: si todos los jugadores menos uno han conseguido rellenar su vaso en una ronda, ese jugador manda beber un vaso a quien quiera.
Berberecho: si ninguno de los jugadores ha conseguido rellenar vaso en alguna de las dos rondas se procederá a rellenar un vaso. Después, mediante un hidalgo, aquel que gane mandará beber 2 vasos a un solo participante.
Conejilla: si ninguno de los jugadores ha conseguido rellenar vaso en las dos rondas se procederá a rellenar un vaso. Después, mediante un hidalgo, aquel que gane mandará beber 4 vasos a los participantes que el elija.
Chupito Satán: si durante una ronda tres jugadores sacan un 6 consecutivo se considerará chupito Satán. Cada jugador deberá llenarse un vaso mezclando toda la bebida que hay en la mesa de juego y deberá bebérselo.
¡¡Y ahora hermano bebe, que la vida es breve!!
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