"Subido a este baluarte, puedo ver cientos de estrellas que los fuegos del hogar cercano no dejan ver. Llevaba toda la mañana dando vueltas de un lugar a otro, pateándome el ágora sin parar. Tres días sin ningún realizar ningún encargo. Me van a coser a puñaladas. A este paso ni podré olisquear un cacho de queso en una semana."
El pobre Memnón se repetía una y otra vez estas palabras mientras caminaba por la acrópolis de la ciudad. Las musas, o quizá la pasión del arte le habían abandonado. Llevaba tanto tiempo realizando simples tazones para el ejército que cuando llegó la paz no encontró la suficiente soltura para plasmar su talento en la arcilla.
¡Qué fácil es plasmar la épica, la sangre, los cuerpos desfallecidos y que difícil ver la fuerza en el viento, en el arroyo o en un simple velero! Ni siquiera la hidromiel le había abierto los ojos ni le había dado las energías suficientes para ponerse a dibujar. Beodo, y arrastrándose por entre los callejones de la ciudad, subió a lo alto del monte, rodeado de olivos a ver las estrellas. Éstas antes le susurraban cientos de ideas. Desde allí arriba se ve todo y todos los detalles quedan captados por las luces del firmamento y el, como un mensajero, pintaba con figuras lo que los escritores harían con letras.
Desamparado totalmente en aquel montezuelo, se puso a lanzar piedras contra la tapia del templo, pasando el rato y la borrachera, todo con tal de no volver a su frío taller desposeído ahora de alma y de calor, a pesar de que en el horno cuecen más y más cuencos.
En esto que se le escapa una piedra que va a caer al tejado armando gran estruendo. Alborotados los animales, de un olivo surgió una lechuza. Dio dos vueltas alrededor de Memnón y fue a parar a lo alto de una ventana. Memnón no se hubiese dado cuenta de cierto detalle si no es por los ojos del pájaro, que abiertos de par en par reflejaban la luna en su mirada y como si fueran un espejo deslumbraron al borracho que no tuvo más remedio que apartar la vista. ¡Como gozán los dioses dando sus señales y cuanto se ríen de nosotros los mortales! Cuando Memnón abrió los ojos se encontró con lo que buscaba, en aquel jardín esmeralda.
3 comentarios:
Excelente, Pro!!!!
Cómo estás?
Yo por mi parte he entrado pero no he comentado, no estaba bien mi clima interno.
Cómo va el mate?
Vas a quemar algo este finde allí en Protia??
Un beso enorme y buen fin de semana.
Buenas moza!
Aquí ya estamos de fiesta. Este año coinciden las fiestas de la ciudad con San Juan, que falta de respeto :P
Al final probé lo del mate. No estaba tan amargo como decías :P
Utilizamos el chisme original, pero al final como es algo engorroso tener que estar pidiéndoselo a un amigo he utilizado una especie de cucharilla-filtro que también utilizo para el té. Dejas la hierba dentro, la cierras y la sumerges en agua y así se disuelve la infusión sin que te tragues las hojitas.
Ya se que no es el método original, pero mientras funcione.... XD
Venga, un saludo. Ahora que hemos cambiado de estación espero que estes más en tu clima para verte por aquí, jejeje.
¡Besos!
Eso es mate cocido!!!!
Sirve lo mismo.
Un beso.
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