-¿Cómo me has encontrado amigo?
-Una tribu me dijo que un hispano paso por allí hace dos lunas.
-Supongo que quieres el talisman.
-En efecto. La asamblea reclama la devolución inmediata de la daga de jade. Tu tiempo ha terminado Memnon.
-Has venido desde muy lejos para morir.
-Tu orgullo te ciega amigo. El consul ha sido generoso. Tu larga experiencia asi como tu honor te preceden. No quieren mancharse las manos con la sangre de un buen hombre y ha decidido que seas tu mismo quien elija su propio destino.
-¡Ya basta! No os dais cuenta de que las cosas distan mucho de parecerse a los designios del consejo. Vuestro mundo ha acabado. ¿Ves aquellas montañas a lo lejos? ¿Sabes que hay detras?
-No.
Te lo explicaré: he viajado diez años entre estas dunas. Cada día de camino me he ido encontrando a un viejo que me ha dado una moneda de oro y un consejo.
-Una moneda de oro... nosotros tenemos mi...
-¡Maldito bastardo! ¡Escucha! Durante diez años me he encontrado 3650 monedas de oro. Con las primeras 720 contrate a 720 hombres, que tenian unos 2880 hijos, que a su vez tenian 11520 hijos púberes, ahora ya hombres. De todos ellos me gane su admiración. A todos ellos conquiste con mi sabiduría adquirida y ahora son hombres libres y sabios. Con el resto de las monedas compre 11520 armaduras, 11520 escudos y 11520 espadas, arcos y flechas
-Pero esos hombres... ¡esos hombres no eran más que campesinos!
-Ahora vete a la asamblea y diles que es su tiempo el que se ha acabado. Diles que mañana, cuando el sol despunte por aquellas montañas, no sólo habremos cambiado de jornada...
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