Hace muchos, muchos años, vivia en un pequeño pueblecito llamado Apueblo un niño de pomulos rosados y tostados por el sol y lindos ojos rojos. Pero a la gente esos lindos ojos rojos no les eran tan lindos.
Fostron ya se habia acostumbrado a que los viejos le escupiesen cuando iba por la calle y que las niñas le derramasen cochinos a su paso. Pero Fostron era feliz, porque sabia que la niña mas guapa de aquel pueblo estaba enamorada de él. El problema de Fostron era que no sabía muy bien como mostrarla sus sentimientos. Así que mientras esperaba una señal de los cielos, se dedicaba a espiarla desnudo mientras ella hacia los deberes.
Una noche de esas, sin tomar las debidas precauciones, nuestro amiguito fue a ver a su princesita particular mientras estudiaba, pero no se dio cuenta de que un cerdito le seguía. Al subir lentamente por las escaleras, el cerdito se le adelanto y de un salto se subio al regazo de la muchacha, que llena de alegria comenzo a amamantarle. Aquella escena rozando lo zoofilico hizo tanta mella en el zagal que a partir de ese día no dejo nunca de poner cara de asco. Una cara de asco tan asquerosa que un tercio de la población murio de hambre al no poder digerir los alimentos, pues era tan grande esa cara de asco que las nauseas eran imparables y no podian parar de vomitacionar.
Apaleado como a un sabroso gatito o un tierno perrito que parece un pastor aleman pero que no lo es, Fostron huyó del pueblo a todo correr.
Nadie sabe donde termino aquel chaval de ojos lindos y sonrisa feliz. Sólo se sabe que todas las noches, cuando es de día, se oye a lo lejos en las montañas los lamentosos quejidos de un cerdito de forma desgarradora.
Buenas noches a todos... seais lo que seais....
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