Bunchi, el amiguito de los niños. (Redifusión)

Había una vez, no muy lejos del río una niñita llamada Pachata. Pachata solo tenía un ombligo y por eso se sentía marginada por el resto de sus amiguitos, que tenían dos. Harta de las burlas de sus amigos, decidió buscar unos nuevos amigos, al precio que fuese. Y asi vagó y vagó por la ciudad, preguntando a los niños que cuantos ombligos tenían y eso empeoro las cosas porque según en que zona de la ciudad estuviera, los niños tenían ombligos más bonitos que ella. Así que se fue corriendo a casa llorando y llorando. Incluso pensó en coger un machete y hacerse un ombligo ella sola, pero tras probarlo con un gatito resultó que por algun extraño motivo si te hacias crecer un ombligo de forma antinatural te morías.

Desdichada y muerta del asco, Pachata se fue a tirar piedras a las parejitas q paseaban por el parque, pero al ir a coger una piedra y agacharse noto que alguien o algo la intentaba montar. Rápidamente se incorporó e hizo ademan de estampar una piedra al pervertido que la iba a profanar y cual fue su sorpresa cuando se encontró ante ella a un lindo y precioso y bonito animalito de tonalidad verde pastel. Este animal no paraba de sonreirle, parecía aquel bicho q su abuelo le contaba que a donde iba traia felicidad suprema.

Pachata enseguida se enamoro de aquel bonito, lindo y currusquito animal y se lo llevó a la pocilga, donde lo dio de comer y cuidó y así Pachata tuvo un nuevo amiguito y a la mañana siguiente tal y como dijo su abuelo la creció (o mejor dicho, la descrecio) un ombligo.

Y volvió a ir de nuevo con sus amiguitos y fue feliz para siempre y el nombre de su animalito resonó para toda la eternidad.... Bunchi.