El torero Chonete

Cualquiera que me conozca sabe que una de mis grandes pasiones son los toros. Yo siempre he dicho que cuando sea mayor, uno de mis sueños junto con el de ser tirano, pirata, Conan el bárbaro, papa, pintor, bohemio e ingeniero es el de ser torero. Si hay un animal más magnifico que el toro, con tanta bravura y tanto arte, mira dos veces porque posiblemente sea un buen morlaco.

Cuando era pequeño, mientras los otros niños veían Oliver y Benji, mi mayor pasión era ver esas tardes de corridas con el bocadillo de tocino y la bota de vino. Mi madre hasta me regalo un traje de torero para que practicase con las tortugas.

Pero no quiero aburrirles con mi interesante vida privada, sino con un hombre que ha supuesto un antes y un despues en mi vida: Antonio Gurrierres Villa, alias Chonete.

Ahí va su biografía:

Antonio Gurrierres conocido como Chonete es un torero español, nacido el 24 de junio de 1919 en Madrid.

Nieto del famoso aviador Ambrosino Gurrierres, pudo presenciar desde temprana edad combates de gladiadores con los grandes de los años veinte a quienes consideraba sus héroes. Por desgracia, con la llegada de la dictadura franquista, los combates de gladiadores fueron supromidos por ser considerados poco cristianos. Es entonces cuando se reutilizan las plazas para un combate de mayor raza: toro contra torero.

Saltó al ruedo, el 31 de marzo de 1963 en Mérida, demostrando a lo largo de su carrera un estilo ornamental y vanguardista aunque de finura y tesón, por lo que sufrió de varias heridas de gravedad al pricipio de su carrera, al enfrentarse el solo con tres toros de 850 kilos de media. Posiblemente esta circunstancia lo lleva a alejarse paulatinamente de los ruedos entre 1969 y 1980.

Torero muy ligado a América, y especialmente a Colombia, donde se dedicó al deporte nacional, las luchas entre fieras salvajes y el hombre, regresa a los ruedos en 1987 precisamente en este último país, realizando una presentación en Bogotá, donde se produjo su espectacular combate entre una anaconda y un colibrí antropófago. Despues de asesinar el solo a una ganadería entera y dar a conocer su estilo de matar con el dedo índice en vez de con espada, vuelve a las plazas españolas en 1981 toreando un total de 32 festejos ese año.

En Julio de 2000, luego de sufrir una crisis en su fe cristiana durante una corrida de toros realizada en Vurjos, ciudad de vacaciones, decide finalmente poner fin a su carrera como torero, dedicandose única y exclusivamente a la propagación del zoroastrismo.